“Hay un concepto en Japón, Shinrin-yoku, que recomienda pasar unos minutos inmerso en un entorno verde y natural; en una especie de “baño de bosque”. Es una “inmersión”, a largo plazo aportaría una serie de beneficios a nuestra salud física y mayoritariamente mentales. ¡En espacios urbanos cada vez más verticalizados y con poca o ninguna zona de convivencia con la naturaleza, tener una amplia y ajardinada terraza es un verdadero privilegio!

Como piel oxigenada y viva, las celosías de este proyecto crean un nido, una protección para los residentes, como si aquí el tiempo pasara más lento y las plantas que en él acechan, fueren centinelas contra nuestras preocupaciones y ensoñaciones. Sumergirte en este entorno significa conectar contigo mismo, pero también compartir este “oxígeno” con amigos y familiares.

Por eso, además de un espacio para reponer fuerzas, las áreas fueron sectorizadas. Una pérgola enmarca una mesa junto a la cocina, flanqueada por jarrones donde pequeños placeres como recoger hierbas aromáticas para una comida o largas conversaciones adornadas con aromas herbales evocan deliciosas tardes de verano. En contrapartida, confidencias y filosofías son el lema al otro lado de este oasis, regado por el sonido del agua brotando de la fuente vertical. ¿Cuántos recuerdos, historias y conocimientos pueden ser compartidos en un jardín?”