Jardín Araçariguama
"Cada espacio en este proyecto es una invitación a conectarse de forma activa o contemplativa con la naturaleza. Inspirado en ese equilibrio, diseñé un pequeño bosque de árboles nativos que invita a los residentes a un recorrido íntimo a través de una pasarela metálica que flota sobre la vegetación, creando una experiencia inmersiva y privada. Este bosque, además, actúa como un “manto vivo” que envuelve y protege el entorno.
En medio de este refugio verde, una zona elevada para pícnics surge como un mirador discreto, donde las texturas y colores del jardín inspiran momentos de calma y encuentros compartidos. Este rincón es un espacio de quietud y socialización, donde cada residente puede encontrar su propio ritmo.
Rescatando el espíritu ancestral del fuego, el diseño incluye una zona de estar exterior que reúne a los residentes en torno a las llamas, generando un cálido espacio de historias y conexión. Bajo las copas de Copaíba, Pau-Ferro y Jussara, este mirador invita a la reflexión y al reencuentro tanto con la naturaleza como con uno mismo, ofreciendo un refugio donde el fuego y el follaje se entrelazan en una danza de introspección y pertenencia."